La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado el 21 de junio como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio, reconociendo así la importancia cultural y simbólica de este fenómeno astronómico en la vida de las sociedades alrededor del mundo. El solsticio, junto con los equinoccios, marca el ritmo de las estaciones, las cosechas y el sustento, y ha sido celebrado por diversas culturas a lo largo de la historia.
El solsticio, que deriva de las palabras latinas “sol” y “sistere” que significan “sol” y “quedarse quieto” respectivamente, ocurre dos veces al año: alrededor del 21 de junio, conocido como el “Solsticio de verano”, y el 21 de diciembre, conocido como el “Solsticio de invierno”. Estos momentos marcan los días más largos y cortos del año respectivamente, y representan cambios significativos en la posición del Sol con respecto al ecuador terrestre.
La importancia cultural y espiritual de los solsticios ha llevado a su reconocimiento como patrimonio cultural universal. Estos eventos simbolizan la fertilidad de la tierra, los sistemas de producción agrícola y alimentaria, así como las tradiciones milenarias transmitidas de generación en generación. La celebración de los solsticios fortalece los lazos entre los pueblos, fomentando el respeto mutuo y los ideales de paz y buena vecindad.
Consulte más acerca de este día en el siguiente enlace: Día Internacional de la Celebración del Solsticio – 21 de junio