El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) emitió la guía “Consideraciones de cambio climático para el Ordenamiento Territorial”.
Desde una perspectiva de planificación territorial y de desarrollo, los efectos de la variabilidad y el cambio climático cobran relevancia, puesto que inciden en un territorio modificando parcial o drásticamente el funcionamiento de sus principales componentes y, en general, afectando su progreso.
El país ha avanzado en la consolidación de la Política Nacional de Cambio Climático (PNCC), la cual tiene por objetivo central la incorporación de la gestión del cambio climático en las decisiones públicas y privadas para avanzar en una senda de desarrollo resiliente al clima y baja en carbono que reduzca los riesgos del cambio climático y permita aprovechar las oportunidades que este genera, para lo cual se han generado estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático que son el marco técnico para que los territorios implementen distintas apuestas, como el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), que busca promover el desarrollo territorial, sectorial, y ambiental planificado, compatible con la evolución e incidencia del cambio climático, mediante acciones en el corto, mediano y largo plazo; o la Estrategia Climática de Largo Plazo de Colombia E2050 la cual, como instrumento de política de Estado, planifica estratégicamente los cambios y las transformaciones profundas que son necesarias para convertirnos en un país resiliente al clima, es decir, una sociedad y economía carbono neutral con amplias capacidades de adaptación en territorios y sectores sustentadas en la conservación de la biodiversidad.
Las aproximaciones desde el cambio climático y el desarrollo territorial han cobrado relevancia en un contexto donde el cambio climático es transversal a los diferentes modelos de desarrollo que se ejecutan a través de distintos instrumentos de gestión y planificación territoriales (planes de desarrollo, por ejemplo), ambientales (planes de gestión ambiental regional, por ejemplo), de ordenamiento (planes de ordenamiento departamental o territorial), y sectoriales (planes maestros, por ejemplo). Por tal razón, una forma de preparar los territorios para anticiparse a los efectos del cambio climático es usar dichos instrumentos normativos y, a partir del análisis de vulnerabilidad y riesgo, identificar y priorizar las dimensiones en las cuales debe implementar medidas de adaptación y mitigación, con el fin de planificar en el corto, mediano y largo plazo acciones acordes con los retos que impone el cambio climático y aprovechar sus oportunidades.
Para ello, el Ministerio construyó está guía de consideraciones de cambio climático para el ordenamiento territorial, la cual orienta a los municipios y distritos para incorporar en su proceso de ordenamiento territorial las condiciones actuales y futuras del clima, en tanto que esto condiciona su desarrollo y crecimiento en términos del uso y ocupación del suelo.
Consulte esta guía en el siguiente enlace: Guía sobre las Consideraciones de Cambio para el Ordenamiento Territorial