La existencia de miles de formulaciones químicas con efectos impredecibles para el ambiente y el hombre, hizo que Naciones Unidas a través de sus programas a nivel mundial iniciara acciones concertadas para establecer mecanismos normativos internacionales para regular el comercio, movilización y eliminación de una serie de sustancias químicas peligrosas y sus desechos tóxicos.
El Convenio de Basilea, una de las primeras convenciones internacionales, busca reducir al mínimo los movimientos transfronterizos de las sustancias tóxicas. El Protocolo de Montreal ha establecido calendarios para eliminar las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono. El Código de Conducta de la FAO sobre Distribución y Uso de Plaguicidas fija normas para gobiernos, industrias, comerciantes usuarios de plaguicidas, promueve prácticas que minimicen riesgos y fomenta la gestión integrada de las plagas y los sistemas naturales de control de las mismas.
El Convenio de Rotterdam fija normas para regular el comercio de las sustancias peligrosas de origen agrícola e industrial, conocidas como el Principio de Información y Consentimiento Previo PIC.
En mayo de 2001 fue aprobada por 127 Estados la Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes – COPs, constituyéndose en la base legal internacional para su eliminación. Por lo cual, a través de la conmemoración del Día Mundial contra el uso indiscriminado de Agroquímicos se reitera el llamado urgente a los gobiernos faltantes para que ratifique dicha Convención.
Dicha también fue establecida por las 400 organizaciones miembros del PAN – Pesticida Action Network en 60 países, en recuerdo de las miles de personas fallecidas y que quedaron con secuelas en India en 1984 tras la fuga de Bophal.
Consulte más acerca de esta celebración en el siguiente enlace: Día Mundial contra el uso indiscriminado de Agroquímicos