Publicado en 1987, el informe Nuestro Futuro Común marcó un punto de inflexión. En este documento, la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, creada por la ONU, reunía las conclusiones de cuatro años de investigación sobre el desarrollo sostenible. El sector de la construcción ocupaba una parte marginal en este informe. Sin embargo, el sector de la construcción está en el centro de cuestiones de resiliencia climática, salud pública, protección de la vida humana, confort térmico y la asequibilidad de los precios de la energía.
La construcción, el funcionamiento y el mantenimiento de los edificios son actividades que consumen un gran volumen de energía y recursos. Según el World Green Building Council, las zonas edificadas representan el 39% de las emisiones mundiales de CO2, el 28% de las cuales está asociadas a la energía consumida sólo para el funcionamiento de los inmuebles, es decir, calefacción, aire acondicionado, ventilación e iluminación. Las emisiones de CO2 vinculadas a la construcción representan el 11% restante. Por consiguiente, la capacidad de la humanidad para vivir dentro de los límites de nuestra biosfera es una responsabilidad que recae en gran medida sobre ingenieros, arquitectos, urbanistas y otros profesionales involucrados en el diseño, la gestión y la construcción de edificios.
Consulte este documento en el siguiente enlace: Construir para el mañana : hacia una arquitectura sostenible – UNESCO