Cada 21 de febrero se conmemora el Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo, con el objetivo de resaltar los servicios ecosistémicos que presta esta especie y lo indispensables que son las acciones de conservación para su protección. En Colombia habita el Oso de anteojos, más conocido con el nombre de Oso andino, una especie endémica de los Andes tropicales, la cual está asociada a las zonas de bosques andinos, bosques de niebla y páramos. A pesar de su importancia en la conservación de ecosistemas, está catalogado como especie vulnerable a la extinción según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – MADS.
El Oso andino se encuentra en los bosques y páramos de las tres cordilleras de Colombia, y en 23 de las 63 áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del país, donde aporta a la renovación de los bosques por medio de la dispersión de semillas. Su protección también es fundamental debido a que desencadena la conservación de otras especies y ecosistemas, lo que lo convierte en un medido del bienestar de su entorno. Sin embargo, enfrenta amenazas como la fragmentación de su hábitat y la caza como respuesta al ataque de ganado o consumo de cultivos de las comunidades aledañas a su hábitat.
Por tal motivo, en esta conmemoración cabe resaltar los logros del del programa “Conservamos la Vida”, que desde el año 2016 ha logrado incrementar la presencia de esta especie en la cordillera occidental de Colombia en un 52%. Además, se ha conseguido destinar 2661 hectáreas de ecosistemas para la conservación de este oso, gracias a la firma de múltiples acuerdos con campesinos. Estas acciones subrayan la importancia de la colaboración entre diferentes actores para garantizar la supervivencia de esta especie y la preservación de su hábitat.
Consulte más acerca de este día en el siguiente enlace: Día Internacional para la Protección de los Osos en el Mundo – Mongabay