Desde la promulgación de la Política ambiental para la gestión integral de residuos o desechos
peligrosos en 2005, los esfuerzos de los sectores público y privado en su implementación han sido visibles y han avanzado razonablemente en la solución de las principales problemáticas ambientales identificadas en su inicio.
Desde su promulgación se han alcanzado avances principalmente en temas regulatorios, en el desarrollo de sistemas de información, en el crecimiento de infraestructura y servicios para el manejo de RESPEL generados, en la implementación de los convenios internacionales en materia de químicos y residuos, y en la aplicación del Principio de Responsabilidad Extendida del Productor – REP para la gestión de los residuos posconsumo que requieren de una gestión diferenciada.
Según las estadísticas nacionales sobre RESPEL, la generación de este tipo de residuos reporta una tendencia al incremento que concuerda con el crecimiento poblacional y desarrollo económico que han mostrado algunos renglones de la economía del país en los últimos años. Así mismo, existe una propensión a optar por prácticas de tratamiento y disposición de RESPEL en lugar de recuperar y aprovechar los materiales. Esto, siguiendo las prácticas de una economía lineal; es decir, de adquirir, usar, eliminar. De igual forma, la infraestructura existente para manejo de RESPEL presenta limitaciones; en especial, en lo que respecta a cobertura geográfica. Por ello, se requiere realizar acciones más contundentes para: Garantizar la trazabilidad de los residuos; mejorar la generación y el acceso a la información pública; mejorar la educación y la cultura ciudadana.
En respuesta a estas necesidades, el objetivo de esta Política es continuar fortaleciendo la gestión integral de RESPEL reconociendo la problemática ambiental asociada a su generación y manejo y las necesidades de los diferentes grupos de interés.
Consulte este documento en el siguiente enlace: Política ambiental para la gestión integral de residuos peligrosos y Plan de Acción 2022-2030