En Colombia se generan cerca de 11,6 millones de toneladas de residuos sólidos al año. De acuerdo con cifras presentadas por la Misión de Crecimiento Verde del Departamento Nacional de Planeación – DNP, cerca del 40 % se podrían aprovechar, pero solo se recicla alrededor de 17 %. Para los próximos 10 años la cantidad de residuos seguirá en aumento.
Un Estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia – UNAL evidenció que los residuos de frutas y vegetales podrían tener usos más efectivos, generando energía renovable y reduciendo las emisiones de dióxido de carbono.
Para llegar a esta propuesta se realizó un análisis térmico para estudiar el comportamiento de los materiales, ya que a medida que se someten a diferentes temperaturas se ocasionan cambios físicos y químicos en la materia orgánica. Así mismo, fue necesario recrear un proceso de pirólisis que solo se realiza de forma industrial y que consiste en un calentamiento que se hace en ausencia de aire, a rangos de temperatura específicos según el material que se esté calentando. Esto se logró a través de termogravimetría, un proceso capaz de simular la pirólisis de forma experimental a pequeña escala y que permite realizar un análisis térmico de la materia orgánica.
Si la energía de activación de un material orgánico es baja será buen indicador porque costará menos trabajo sacarla de un material, por usar menos energía en el proceso. Teniendo esto en cuenta, la investigación evidenció que la cáscara de piña presentó las energías más bajas y mayor cantidad de compuestos volátiles, lo cual indica que se puede obtener más energía del material utilizando muy poca energía en su proceso.
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